lunes, 26 de abril de 2010

DIALOGO CON EL AMADO

Tu Rey mío,
que entre tus brazos me envuelves
deja ya de estar tan callado,
y dime si en verdad me quieres a tu lado.

¡Qué no estás viendo reina mía!
que si te abrazo, es por valentía,
a decirte que me muero,
si te dejo más ya otro día.

De acuerdo rey mío
Sólo recuerda una cosa,
que ya mi corazón es tuyo
y yo soy muy dichosa.


Recuerda también tú algo, amada mía
mi corazón, siempre ha sido tuyo
pero como en tu camino has flaqueado,
mi corazón ha sido quebrantado.

¡Tu corazón destrozado!
¡tu corazón pisoteado!
dámelo a mí, que quiero sanarlo,
entrégamelo que quiero cuidarlo.

Muchos lo han intentado
han pensado que es muy fácil
pero con su condición humana,
a la mitad del camino me han dejado.

Sé que mi condición no me deja
pero permíteme intentarlo.
¡Necesito intentarlo!
¡quiero intentarlo!

Espero mi reinecita que lo hagas,
que cumplas tu deseo
y no dejes,
mi corazón medio lleno.

¡Dame una oportunidad!
no te fallaré, y si lo hago
estoy segura que,
otra vez lo intentaré.

Sanar mi corazón quebrantado
es lo único que has de hacer,
para recobrar mi alegría
hasta el día, en que tú estés conmigo.

Te doy mi corazón nuevo,
dame el tuyo quebrantado
quiero que lo tengas, pues sabes
¡me has enamorado!

Antes de tu aurora
yo ya te conocía,
y desde ese día, supe
que tú serias mía.

Dulce huésped de esta alma,
que al despertar le ama
y al atardecer espera,
con que llegue el siguiente día para amarla.

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